VOY A PINTARTE AMOR

COMPOSITOR DE CANCIONES
[SINÓPSIS DEL LIBRO “LA MUJER LIBERÁNDOSE Y EL HOMBRE ENCERRADO EN SU PROPIO LIBERTINAJE”]
EN UN LUGAR CON SABOR A PUEBLO, PINTADO CON LOS COLORES DE UN MACHISMO EXACERBADO, ES DONDE UNA JOVENCITA DECIDE LUCHAR POR CAMBIAR ESE FUTURO DEMOLEDOR, DOMINADO COMPLETAMENTE POR LOS MACHOS.
LOS USOS Y COSTUMBRES DE ESA COMUNIDAD SUENAN A MÚSICA TRISTE DE CONFORMISMO, UTILIZADA EN EL ACIAGO DESTINO DE LAS MUJERES DE ESA COLECTIVIDAD POLVORIENTA. PERO ESTEFANÍA CAMBIA ESOS PARADIGMAS EXISTENCIALES EN ESE PEDACITO DE TIERRA PROVINCIANA, AL CONVENCER A SU PADRE, DE HACER REALIDAD SU SUEÑO DE ESTUDIAR UNA CARRERA PROFESIONAL.
ESTA NOVELA PASA POR DIVERSAS ETAPAS. DESDE ROMPER CON ESAS CADENAS DE LA SUMISIÓN DEL GENERO FEMENINO, HASTA CON UN HERMANO QUE MUERE DE SIDA. UNA CONFERENCISTA PARTICIPA CAMBIANDO MITOS Y TABÚES, Y ESTEFANÍA CON DENUEDO LUCHANDO POR LA EMANCIPACIÓN TOTAL DE LA MUJER.
AL FINAL NUESTRO PERSONAJE TRIUNFA EN TODOS LOS ASPECTOS, Y DESATA EN ESE PUEBLO TODOS LOS NUDOS DEL MACHISMO, FORMANDO NUEVAS CADENAS DE PLENA PARTICIPACIÓN ENTRE LOS HOMBRES Y LAS MUJERES, PARA EL CUMPLIMIENTO MUTUO DE SUS SUEÑOS, REFLEJADOS EN SUS RESPECTIVOS PROYECTOS DE VIDA. BAJO ESTAS PREMISAS LA LIBERACIÓN EMERGE VICTORIOSA, ALEGRE, FUERTE Y LLENA DE UNA VITALIDAD FERVIENTE Y CON UNA FÉ INQUEBRANTABLE Y DURADERA, EN EL TIEMPO Y EN EL ESPACIO.
SERÍA FORMIDABLE PODER CAMINAR DE LA MANO CON UN EDITOR, QUIEN IMPULSE A MI PLUMA IDEALISTA Y SOÑADORA, HACIA LA PUBLICACIÓN DE MIS LIBROS. ESTOY DEJANDO EN ESTA PÁGINA UNA PROBADITA DE MIS LETRAS, CAMINANDO FRUGALMENTE CON PASO LENTO PERO SEGURO, HACIA EL ENCUENTRO DE MIS AMABLES LECTORES, EN ESE MUNDO PROVINCIANO, CARGADO DE LIBERACIÓN FEMENINA, Y DE MACHOS NO QUERIENDO CAMBIAR SUS PARADIGMAS EXISTENCIALES.
ESTOY A SUS ORDENES EN MI TELEFONO CELULAR 773 68 00 424
O EN MI CORREO:
UNA PROBADITA DE MI PLUMA
IDEALISTA Y SOÑADORA
CAPITULO I
EL DESPERTAR DE UNA NIÑA
“Es importante fijarse metas y alcanzarlas, siendo perseverantes siempre. Buscando los senderos correctos, y sembrando todos los días, para esperar en el corto futuro, el resultado esperado de nuestras expectativas”. Estas frases motivacionales fueron leídas detenidamente varias veces, analizando la esencia de las mismas. Este platillo de palabras maravillosas, fue engullido con avidez, cada una de sus letras saboreadas exquisitamente. Sus vocales y consonantes se alojaron para siempre, en el cerebro de una linda jovencita en la plenitud de la vida. Alguien para quien la palabra imposible, no figura en su amplio y muy variado léxico. Y ella pensó en voz alta: “El empeño de una persona, muchas veces, no es suficiente para lograr las metas anheladas. Los esfuerzos y la perseverancia, pueden darnos el triunfo ansiado, pero no nos garantizan, el poder alcanzar nuestros sueños al cien por ciento”. Este es el caso, de Estefanía, quien se esfuerza por obtener calificaciones sobresalientes, quien muchas noches apenas puede conciliar el sueño, porque se esmera en sus estudios, realiza sus tareas y está empecinada, en hacer realidad sus quimeras. Su vida se desarrolla de una manera optimista y retadora, ella sabe de sus limitaciones por ser mujer, en un mundo creado a la justa medida de los machos; donde ellos tienen el control absoluto de todo, donde las mujeres solo figuran en un plano decorativo, extremadamente alejado de ese universo, no creado para su género. Pero aún así Estefanía no escatima ni tiempo, ni esfuerzos, ni dedicación, ni perseverancia para el logro de sus más anhelados sueños.
No tiene muchas amigas a pesar de su carácter alegre y extrovertido, a ella le encanta ser abierta, comunicativa y llena de esperanzas feministas muy alentadoras. Solo tiene amistad con un grupo selecto. Solo quienes comparten sus propios gustos, y quienes se adaptan a la filosofía de la vida dictada por su padre. Los principios morales, y las reglas de la casa son demasiado estrictas: No debe tener novio hasta terminar su bachillerato, todos los domingos sin excusa ni pretexto, debe de acudir a misa con toda su familia. No puede tener amigas coquetas y de cascos ligeros. Puede asistir a fiestas, pero su papá o sus hermanos deben ir a dejarla, y a una hora determinada, pasar por ella para traerla de regreso hasta su casa. No debe usar pantalones muy ajustados. Las blusas invariablemente deben ser sin escotes exagerados. El uso de las minifaldas, están prohibidas sin excusa ni pretexto. Ella debe comulgar con la expresión “la mujer debe ser rogada, nunca rogar”.
El lugar de la mujer es en su casa. Se le permite estudiar solo hasta el bachillerato, y exclusivamente para ayudar a sus hijos en sus tareas escolares. Por ningún motivo deberá de trabajar fuera del hogar. La mujer nació para planchar, lavar trastes, lavar ropa, tener su casa limpia y ordenada, educar a sus hijos, atender a su marido y preparar la comida. Todo lo relacionado con el sexo está prohibido, ese tema jamás es motivo de comentario en su casa. La mujer debe ser sumisa y abnegada. Los maridos son los jefes indiscutibles, ellos están autorizados para manejar a su antojo la vida de sus esposas. La mujer debe de obedecer y complacer a su marido, jamás debe de contradecirlo, el siempre tiene la razón en lo que dice y hace. El hombre puede engañar a su mujer, para eso nació, esa es su esencia. Pero cuidadito y la mujer lo intenta, la sociedad la repudiará por el resto de su vida.
Las tortillas deben de ser elaboradas por la esposa: “tortillas elaboradas a mano y en comal, ella debe de ser un estuche de monerías, saber tejer, remendar, cocinar y ser una experta en la limpieza y en el orden del hogar”.
Esta es la absurda realidad de Estefanía, en un mundo diseñado justo a la medida de los hombres. Donde impera implacablemente un machismo, lleno de mitos y de tabúes.
En épocas pasadas, esta organización familiar funcionó de maravilla. El hombre era el dictador indiscutible. Sus deseos eran órdenes, y mantenía a la familia encasillada dentro de unos prejuicios absurdos, y una sumisión heredada de sus ancestros.
En pleno siglo XXI todavía funcionan este tipo de organizaciones familiares, donde las mujeres no pueden salirse de los esquemas obsoletos de antaño. Ellas están liberándose lentamente de esta triste realidad, y sin lugar a dudas Estefanía va a contribuir de manera muy notable, para poder acelerar este proceso tan doloroso de las familias latinoamericanas.
-
Estefanía apresúrate, tu papá ya empezó a gritar como siempre
-
Ya voy mamá ¿Cuál es la prisa?
-
¡ Ay Estefanía ¡ Ya sabes lo desesperado que es tu padre.
-
Don Leopoldo Meraz, hombre de campo, duro de carácter, inclemente con su familia y criado bajo una rígida formación moral y de principios machistas, está asumiendo su papel de padre y de esposo, de una manera aterradoramente rígida e implacable. Y hoy por ser domingo, la familia debe de asistir a la misa de las doce, esa es la tradición familiar, así siempre se ha hecho, nunca nadie en esa familia, ha roto con esta convivencia con el creador.
Todos los hombres de la casa ya están cómodamente sentados en la camioneta Ford, modelo 1965, color azul marino, un auto de colección digno de su padre. Don Leopoldo, Pablo del Ángel y Jesús Octavio son una copia al carbón del abuelo paterno, quien heredó toda esa diversidad de actitudes nefastas hacia el género femenino. Nada más faltan de aparecer en escena como siempre las mujeres: Doña Inés, Estefanía y Brenda Mariana.
-
Estas mujeres no sirven pa’nada, o más bien solo sirven, para tener hijos y mal atender a los maridos
-
A ver a qué horas
-
Ya vamos viejo, ya vamos
Esta historia suele repetirse todos los domingos, los hombres esperando a las mujeres, y Don Leopoldo siempre de mal humor, siempre refunfuñando. Este jueguito psicológico es jugado casi a la perfección. Los tatarabuelos y los bisabuelos heredaron este guión familiar tan lleno de:
-
A ver grítame de las mujeres
-
Y claro que te grito, yo nací para gritar de los hombres.
La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, cumple con su labor evangelizadora. Siempre puntual, a las doce del día. El padre Arturo oficia desde hace quince años en este santo lugar, con buqué a pueblo, con sabor a machismo y libertinaje, con degustación a polvo y tradición. Es muy querido por todos los feligreses del pueblo, por su gran trato humano, y sobre todo por llevar a la práctica las enseñanzas contenidas en el libro sagrado de La “Santa Biblia”. Más que un sacerdote es considerado como un padre amoroso, siempre disponible para escuchar, para aconsejar y para reconfortar, a quienes tienen cualquier tipo de problema.
Cumple cabalmente con su vocación ministerial. Fue elegido para ser padre, para ser guía y consuelo, para ser la luz de su comunidad.
La misa tarda justamente una hora, y durante ese tiempo todos los asistentes viven un momento realmente mágico. El padre Arturo oficia la celebración de la misa, cargado de una espiritualidad de los cielos, y su sermón no contiene regaños, no requiere de obligaciones, tan solo lleva el firme propósito, de despertar conciencias, de la obtención de cambios, de conversión hacia una nueva manera de vivir, y de experimentar la vida. Busca romper con viejos moldes estructurales, con valores obsoletos, con principios alejados de la realidad actual. Suele redactarlo de una manera sencilla y utilizando ejemplos reales. Nunca utiliza palabras sofisticadas, ni rebuscadas. Es un deleite escucharle, y sobre todo maneja una oratoria realmente increíble, dando las pausas requeridas, y modulando su voz, para llegar siempre, hasta lo más profundo de las almas, y de los corazones de sus feligreses.
Todo transcurre de manera normal durante toda la misa, y cuando hablamos de normal, nos estamos refiriendo a:
-
La mamá sacando de la iglesia a su hijo en brazos, llorando inconsolablemente.
-
El señor de la tercera edad durmiendo, y roncando de una manera escandalosa.
-
El papá gritando a su hijo ¡ Te voy a pegar si no te estás quieto ¡
-
El adolescente mirando a la chica pecaminosamente
-
La familia de los Azuara siempre llegando tarde
-
El pequeño Gerónimo que se cae por ir a darle la paz al padre Arturo
-
El nerviosismo de doña Petronila, al leer la primera lectura
Nada relevante, todo normal, cada quien cumpliendo con su rol al pie de la letra. Don Leopoldo padre de Estefanía, no toma la sagrada ostia, nunca lo ha hecho, ni tampoco sus hijos. Las mujeres son las encargadas de este santo oficio. Ellas deben estar libres de pecados. Ellas son los medios indicados, para que esta familia en su totalidad pueda salvarse. Los hombres, los machos, son normalmente pecadores. La carne es débil, “Esa es la onerosa justificación y disculpa”.
Casi todas las familias del pueblo comulgan con estas ideas, según ellos eso es lo correcto, porque nadie sin excepción se ha salido, de esa manera de vivir, y de experimentar de los hombres. El padre Arturo no ha podido cambiar esos modismos de su congregación. Lo ha intentado muchas veces, sin tener éxito en sus pretensiones, no ha podido lograrlo. Son ideas demasiado arraigadas, son prejuicios y un machismo bien posicionado, en lo más profundo de sus mentes. Esta es la triste realidad del pueblo, y así es como ellos marchan por la vida, porque no conocen otra manera, de funcionar dentro de sus hogares.
Muchos conferencistas han llegado hasta este rincón tradicionalista, para hablar de la nueva organización familiar que impera en el mundo. Son conferencias impactantes, llenas de ejemplos impresionantes, de vivencias realmente increíbles. Ellas buscan un cambio de mentalidad, persiguiendo un ajuste en la familia, donde sin distinción de sexo, color y raza, todos,
tengan las mismas oportunidades.
-
Ideas demasiados liberales.
-
Quieren destruir nuestros vínculos familiares
-
Los hombres nacieron para mandar, y las mujeres para obedecer
Estos son algunos de los comentarios, vertidos por los asistentes, a estas conferencias, donde todos sin excepción coinciden en algo:
-
Así estamos bien, quieren desaparecer nuestras tradiciones.
-
La verdad nos negamos a ser ratas de laboratorio.
-
Nuestros antepasados funcionaron bien, con esta ideología familiar. Entonces no encontramos motivos de peso, para buscar otra manera de organizarnos familiarmente.